Los sistemas de
extinción de incendios por gases son sistemas limpios que no provocan residuos
a la hora de extinguirlo, no provocando daños en materiales, instrumentación,
equipos electrónicos y eléctricos.
En los últimos
años los sistemas de extinción de incendios por gases han evolucionado
habiéndose eliminado el uso de halón como agente extintor sobretodo y
sustituyéndolo por agentes gaseosos limpios que cumplen con el protocolo de
Kioto, siendo inofensivos para la capa de ozono.
Existen
diferentes tipos de agentes gaseosos de incendio, los cuales se seleccionarán
según sea la posible naturaleza del incendio, el riesgo a proteger o la
posibilidad de existencia de personal en el riesgo a proteger.
Es importante
recordar que la descarga del agente extintor provocará una reducción de la
concentración inicial de oxígeno, aumento de la presión en la sala, formación,
en presencia de fuego, de productos de descomposición (gases halogenados) y
reducción de temperatura. Es por ello que si alguno de estos factores puede
incidir negativamente en la extinción del incendio, se debería optar por otro
tipo de sistema de extinción de incendios que no sea mediante agentes gaseosos.
La reducción en
la concentración inicial de oxígeno es un factor muy a tener en cuenta en zonas
donde haya circulación de personas o habitualmente estén ocupadas. Es por ello
que la exposición innecesaria del personal debe ser evitada.
Esto se logra,
generalmente, disponiendo de las alarmas acústicas (sirenas, avisadores, etc.)
y alarmas ópticas (letreros luminosos, flashes, etc.) necesarias, así como de
un tiempo de retarde de la descarga (normalmente entre 10 y 60 segundos)
después de la actuación automática del sistema.
APLICACIONES
MÁS FRECUENTES
Los sistemas de
extinción automáticos de incendios por gases se aplican básicamente a riesgos
que estén cerrados de forma más o menos hermética en la que la concentración
del gas ocupa la totalidad del riesgo a controlar, desplazando el oxígeno y de
esta forma extinguiendo el incendio.
Los ejemplos
más claros son salas de informática, CPD, cuartos de cuadros eléctricos,
generadores y en definitiva aquellas instalaciones en las que se requiere una
protección sin daños colaterales provocados por el agente extintor como museos,
galerías de arte, etc.
Los sistemas de
extinción de incendios por gases se diseñan en base al volumen a proteger
pudiendo ser un sistema de actuación por aplicación local o inundación total
según sea el riesgo a proteger.
COMPONENTES DEL SISTEMA
Los componentes del sistema de extinción de incendios por
gases son:
- Cilindro o batería de cilindros en el que se contiene el
gas agente extintor a alta presión. Su contenido y número depende del volumen
de los cilindros, del gas y de la presión de carga.
- Red de tubería por el que discurre el gas que normalmente
se trata de una tubería y accesorios especiales para trabajar a altas
presiones.
- Red de boquillas o difusores que descargan el agente
extintor sobre el riesgo a proteger, especialmente calibrados en función del
cálculo hidráulico de descarga previamente establecido.
TIPOS DE AGENTE EXTINTOR
Existen diferentes agentes gaseosos extintores según sea el
riesgo y productos a proteger, pudiendo clasificarse 3 tipos:
CO2 (dióxido de carbono)
Requiere de concentraciones relativamente elevadas ya que
apaga el fuego reduciendo la cantidad de oxígeno hasta niveles en los que no se
sostiene la combustión. Se almacena como gas licuado. Incluso en
concentraciones bajas es letal para las personas, por lo que no es recomendable
para extinción en riesgos con ocupación de personas.
Este tipo de gas se emplea en riesgos eléctricos y
electrónicos, como transformadores, extinciones de campanas de cocina, en áreas
desocupadas y cuando la localización del fuego es conocida, siendo la descarga
local.
Gases inertes
Requieren de concentraciones relativamente elevadas ya que
apagan el fuego reduciendo la cantidad de oxígeno hasta niveles en los que no
se sostiene la combustión.
Los gases inertes se desarrollan puros o mezclados
(nitrógeno, argón puros o en mezcla con o sin CO2), y se almacenan como gases
comprimidos a presión.
Este tipo de gases se emplean en riesgos tecnológicos,
eléctricos y electrónicos, donde no es posible o es muy costosa la limpieza de
los bienes protegidos (obras de arte, pinturas, etc.), en áreas desocupadas al
igual que los sistemas de extinción por CO2 y cuando la localización del fuego
es conocida, también suele emplearse en descargas locales aunque debido al gran
volumen de gas requerido no es óptimo para inundaciones totales.
Gases limpios (HFCs)
Actúan directamente sobre el fuego a concentraciones
relativamente bajas. Se almacenan como gases licuados y apagan el fuego por
enfriamiento de la llama.
La ventaja respecto al CO2 y los gases inertes es que con
cantidades inferiores de gas y, por tanto baterías de cilindros más pequeñas,
es posible extinguir un incendio.
Estos tipos de gases se emplean básicamente en riesgos
tecnológicos, eléctricos y electrónicos al igual que los gases inertes, donde
no es posible o es muy costoso la limpieza de los bienes protegidos (obras de
arte, pinturas, etc.), en áreas ocupadas debido a la baja toxicidad de los
gases limpios, y cuando la localización del fuego es desconocida o múltiple, ya
que el volumen requerido de gas es menor y las baterías de cilindros son más
pequeñas, de esta manera optimizando el espacio requerido para el sistema de
almacenamiento del gas.
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